Viaje al Cielo desde Trevejo - Artículo para el libro "Cielos de Extremadura", publicado en el VII encuentro de Blogueros en Trujillo, Cáceres.


Esta es nuestra pequeña aportación al libro editado en el VII Encuentro de blogueros de Extremadura el cual fue presentado el día 25 de noviembre en el Convento de la Coria (Fundación Xavier de Salas) en Trujillo.
Artículo e imágenes sobre los cielos del municipio de Trevejo.

Al norte de Extremadura, y más concretamente al norte de la Sierra de Gata, nos encontramos uno de los vestigios medievales más significativos de la provincia Cacereña, El Castillo de Trevejo. Sus referencias más antiguas se remontan a los años de la Reconquista, cuando Fernando II tomó el castillo musulmán que dominaba este emplazamiento a finales del siglo XII, y en el que posteriormente se introducirían reformas y añadidos. Actualmente presenta las características constructivas de finales del siglo XV, favorables para la defensa, como su recia torre del homenaje de planta pentagonal y dos recintos amurallados envolventes adaptados a las curvas de nivel.
Llegada al castillo y la ermita de Trevejo.

En un informe-dictamen anónimo del año 1737 que se atribuye a algún ingeniero militar, se valora el potencial estratégico del castillo de Trevejo en lo que se refiere al aprovisionamiento, transporte y comercio de la zona. A pesar de que en dicho informe se recogen varias características propias de las fortalezas medievales como su inaccesibilidad y su lejanía de las rutas principales, este emplazamiento tuvo relación con la frontera portuguesa, la fortaleza de Moraleja, y los territorios de la Sierra de Gata.

Es en este cruce de caminos, donde el castillo sigue impasible, a sus 733 metros sobre el nivel del mar, la fortaleza se ve rodeada por un hermoso entorno en el que dominan el roble rebollo (Quercus pyrenaica) y el castaño (Castanea sativa). De hecho, en el vecino municipio de San Martín de Trevejo se encuentra uno de los castañares más importantes de España: el Castañar “do Soitu”. Caminar por este castañar es maravilloso en cualquier época del año, especialmente durante el otoño, cuando el visitante se ve salpicado por hojas de múltiples colores que proyectadas al cielo dan lugar a vistosas imágenes.
Castañar do Soitu en San Martín de Trevejo.

Este bonito entorno junto con la escarpada sierra que lo envuelve y la magia de esta villa medieval hacen que sea un lugar clave en la Sierra de Gata para disfrutar de la fotografía en todas sus vertientes: fotografía de naturaleza, atardeceres, viajes, edificios abandonados y por supuesto, la fotografía nocturna.
Vistas desde el castillo, cementerio y el municipio medieval
Tumbas antropomorfas en la zona.

El castillo de Trevejo posee una situación privilegiada. Por un lado domina el vasto territorio que bajo él se extiende y que engloba gran parte de la Comarca de Sierra de Gata y por otro aparece proyectado hacia el cielo impactando al visitante, al que se le grabará esta imagen en su memoria. Gracias a su elevada altitud respecto al resto de municipios de la sierra, posee una escasa contaminación lumínica, siendo un lugar óptimo para la fotografía nocturna y la astrofotografía, como hemos comentado anteriormente

Las fotografías diurnas recogidas en el presente artículo, fueron motivadas por una visita anterior al castillo, durante la cual además de disfrutar de Trevejo y el impresionante atardecer que cae sobre él, se realizó la previsión de una jornada de fotografía nocturna en el lugar.
Cae la noche sobre Trevejo.

En la segunda ocasión, y ya entrada la noche, fuimos descubriendo cómo la elección del momento y emplazamiento había sido la acertada. Con nuestro avance hacia el castillo las estrellas se iban dibujando más nítidamente en el cielo, divisando una Vía Láctea perfecta favorecida por la escasa contaminación lumínica de Trevejo y de los municipios vecinos. El camino hacia la loma donde se encuentra el castillo fue acompañado por un felino, morador de las empedradas calles de Trevejo que nos fue guiando y acompañando durante toda la noche. Nuestro guardián nocturno, como si tuviera la habilidad de leer nuestra mente, emprendió el sendero que separa el pueblo del castillo. Allí estaba, imponente sobre el cielo, el oscuro esqueleto de lo que en otro tiempo fue una poderosa fortaleza. A pesar de nuestro desasosiego al ver que estaba iluminado por focos para resaltar su estructura durante la noche, a cierta hora éstos se apagaron, lo que nos favoreció para fotografiar el instante mágico que estábamos viviendo.
Curioso mientras preparamos el equipo. 

Ahora sí, la completa oscuridad avivaba aún más si cabe las fantasías que el viento dibujaba en nuestra mente, meciendo los cipreses del cementerio que reposa a los pies del castillo, mudo, a diferencia del tañer de las campanas que la mano invisible del viento hacía sonar. La Vía Láctea guiaba el encuadre, al igual que había guiado en tiempos pasados a viejos caballeros, soldados y contrabandistas, cuyos pasos habían quedado grabados en la encrucijada de caminos sobre la que estábamos.
Vía Láctea sobre el castillo.
Imagen del castillo que hemos tenido suerte que haya sido seleccionada para el mes de julio del calendario que edita la Dirección General de Turismo de Extremadura.

Una vez inmortalizado el castillo bajo la brillante Vía Láctea, nos retiramos hacia el pueblo, dejando a nuestro compañero gatuno que sin duda acompañará con sus maullidos a aquellos que decidan visitar sus dominios.

Miguel Ángel Bernal López y Carmen Victoria Romo Lanchas.

http://turismoextremadura.com/

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